— BILBAO 2024 —
Si nuestros ojos no cambian, ¿Por qué hacerlo en las fotos?
Recuerdo que hace un tiempo estaba conversando con un comercial de Fujifilm sobre las novedades de una de sus cámaras y me habló de una nueva funcionalidad del balance de blancos. Mi respuesta fue «No me interesa, no lo cambio nunca». Y, por lo que sea, me miró raro.
El balance de blancos es algo por lo que mucha gente se interesa cuando está empezando y a veces supone hasta una obsesión para algunos fotógrafos. Hace muchos años, mi acercamiento a este tema cambió y lo llevo manteniendo hasta hoy en día. Y es que yo empecé siendo uno de esos obsesionados con el balance de blancos, intentando ajustar lo mejor posible mi cámara a las diferentes condiciones… Hasta que me di cuenta de que, al editarlas, nunca me quedaba con el balance que había seleccionado en cámara. ¿Por qué? Si los colores eran los más fidedignos posible… ¿Por qué (casi) siempre terminaba cambiandolo en la edición? Pues la razón básica es porque la foto no estaba reflejando lo que yo estaba viendo en ese momento. ¿De qué me sirve madrugar para hacer una hora azul si luego mi cámara lo compensa para que las farolas reflejen el perfecto gris de su color original? Ese precioso tono azul del cielo compensado artificialmente para convertirse en un anodino gris. Muy bien balanceado, pero irreal y, sobre todo, infinitamente menos interesante.
Nuestros ojos apenas varían su «balance de blancos». Estamos acostumbrados a ver toda nuestra vida en 5500k (o similar). Eso implica que si nos vamos de noche a un bar con luces antiguas de tugsteno, veremos una atmosfera cálida o que si entramos en una discoteca con luces LED azules, pues veremos cómo todos los elementos de la escena se verán inundados de ese color en todos sus tonos. La cámara tiene la capacidad de corregir esas «contaminaciones de color», pero… ¿Realmente queremos hacerlo?
¿DE VERDAD QUERRÍAIS ELIMINAR ESTOS COLORES AZULES DE ESTA FOTO?
Porque lo explico siempre. La fotografía tiene que reflejar lo que el fotógrafo quiera reflejar en la fotografía. Puede querer reflejar las condiciones exactas que había en ese momento… o no. Y el balance de blancos es una herramienta poderosa para esto. Te pongo un ejemplo: En el post de la niebla en Oporto hay un montón de fotos en hora azul. ¿Cómo es posible que haya tantas si la mal llamada «hora» azul apenas dura 10-15 minutos? Pues porque hay muchas que están sacadas en esos minutos mágico, pero hay otras que, utilizando el balance de blancos, están ajustadas para que coincidan todas con el mismo estilo. Y hasta para hacer esto seguí manteniendo invariablemente mi balance de blancos en el mismo sitio, porque, después, a la hora de editar, tengo la referencia real del color que quiero y puedo ir ajustándolo para que queden todas lo más similares posible.
En este caso, estoy usando el balance de blancos en post para generar el ambiente que yo quiero. Estoy utlizando mi cámara sabiendo que el RAW después me permitirá variarlo sin ningún problema, pero… ¿Y si estás trabajando para un proyecto que necesita envío inmediato en jpg? Pues aquí es donde yo veo que ajustar el balance de blanco te puede ayudar. Puedes conseguir esos virados de color directamente en cámara, pero te advierto que el ajuste preciso a estos niveles en cámara, son bastante complicados. Si quieres realizar algo parecido, tira en RAW.
¿Pero entonces… ¿Nunca hay que utilizar el balance de blancos?
Claro que sí! (Ahora es cuando me matas XD) Te lo he puesto antes: La foto tiene que representar lo que el fotografo quiere que represente. Y si nuestra labor en una foto es reflejar de manera fiel los colores que aparecen ennuna escena, nuestra responsabilidad es calibrar el balance de blancos, corrigiendo las dominantes que pudiera haber, para que esos colores queden perfectos. ¿Cuando podemos querer esto? Pues cuando estamos haciendo fotografía de producto, por ejemplo. Nadie se plantea poner en la tienda online una camiseta blanca teñida por una luz roja sin corregir porque lo que queremos conseguir (casi siempre) es la imagen más neutra posible que no lleve a error al cliente que lo vea.
Tenía este post en la cabeza desde que hice la serie de Oporto, pero ha sido grato descubiri que uno de mis fotógrafos favoritos de YouTube, Sean Tucker, había sacado una reflexión al respecto hace apenas un par de semanas. La verdad es que siento una especie de orgullo/sorpresa al ver su canal porque, a pesar de que hacemos cosas muy distintas, vemos la fotografía de una manera muy similar. Te dejo su video para que le eches un vistazo… Y le sigas. Que merece mucho la pena.
Que buen articulo, de los de guardar. Gracias
Muchísimas gracias, Javier!