— Bilbao 2022 —
¡Eso es todo Photoshop! ¡Qué bien funciona el cambiador de cielos del Luminar! ¡Esto es CGI!.
Si editas tus fotos, estoy seguro de que, en algún momento, has tenido que soportar estas frases. Hay veces que parece que en este país está peor visto levantar sombras, que tu hermano se lleve millones de euros por un enchufe en plena pandemia. ¡Sacrílego! ¡Traidor! Pero… ¿Estamos locos?
Ya me parece bastante cuñao que gente que no entiende muy bien cómo funciona la edición o cómo es tu flujo de trabajo, se ponga a llamarte de todo públicamente. Pero si, encima, pensamos que a este señor le estoy costando la friolera de 0€ a la vida, esto ya empieza a írsenos de las manos.
No sé muy bien qué tipo de contrato tengo firmado yo con nadie para tener que editar (o no) como a ellos les venga bien y tampoco entiendo qué tiene que ver que edite o no para ser mejor o peor fotógrafo. O para que me digan, directamente, que no soy fotógrafo, que soy un laboratorista digital.
Las cosas claras
Para mí, fotografiar es vivir el momento. El viaje. La marca que deja en tu vida, Os recuerdo que yo edito, pero edito MIS FOTOGRAFÍAS. Yo planifico, madrugo, me pego la caminata, compongo, expongo… ¿Cómo que no soy fotógrafo? De hecho, diría que soy aún más fotógrafo que los que sacan la fotografía «en cámara» porque la vivo dos veces: Cuando la vivo con mi cámara en la mano y cuando la saboreo en mi casa dándole los toques finales.
Y, habiendo soltado semejante cuñadez, y ya hablando en serio, ser o no fotógrafo, ser mejor o peor fotógrafo tiene 0 que ver con la edición. CERO. Por favor, dejen que la gente disfrute de la foto como les dé la santa gana. Que la fotografía es pasión, experiencias y sonrisas, no dogmas estatutarios que imparta un santo varón desde una loma con unas tablas. Si el resultado es el que el fotógrafo busca, me da exactamente igual si edita, si usa filtros, una cartulina negra, o si pinta en el iPad. Es que ME DA IGUAL. Cada uno elige su viaje y lo importante es que le deje un fantástico sabor de boca. Use lo que use.
TODOS editamos
Las críticas a la edición son tan endebles porque carecen de cualquier tipo de fundamento. TODOS editamos. La primera fotografía de la historia estaba editada. Y de allí «palante». TODAS. ¿O es que la elección del químico para revelar no influye en el resultado final? ¿Y la elección de la película? ¿Y el perfil de tu cámara? ¿Y esos ajustitos de sombras y luces del JPG? Kontxo… Seamos serios, por favor. Me hierve la sangre cuando encuentro puristas de la fotografía cuyo trabajo es enteramente en blanco y negro. ¿Pero a qué estamos jugando? ¿Alguien ve las cosas en blanco en negro? (Si es tu caso, vete al médico. No. No es normal)
«Es que a mí no me gusta editar». «Es que yo no sé editar». «Es que no tengo tiempo para editar». GENIAL. Intenta sacar el máximo rendimiento en el momento de la captura. Llévate a casa lo que necesitas para conseguir el resultado que buscas. YO HAGO LO MISMO. Lo que pasa es que lo que tú necesitas llevarte a casa no es lo mismo que lo que yo necesito llevarme a casa, Yo busco una foto lo más neutra posible, sin contraste, con los colores lo más apagados que pueda. ¿Por qué? Porque yo sé que la cámara ya ha guardado toda esa información extra. Ya la sacaré después en la edición. En la toma quiero que todos mis sentidos se centren en dos cosas: La composición y la luz.
Dividir el trabajo para ganar especialización
Liberar a mi mente de la gestión de color en el momento de la toma me permite prestar toda la atención del mundo a lo que realmente marca la diferencia en las fotografías: Captar el momento perfecto de luz es, para mí, imprescindible, No quiero que nada me moleste. ¿Qué ocurre si con todos los filtros ND degradados, el polarizador y demás artilugios puestos, me doy cuenta de que la luz me invita a tirar una panorámica como mejor opción? ¿Me quedo sin tirar la pano porque no me da tiempo a ajustar el filtrito de forma vertical? ¿Hago una chapuza de panorámica porque tengo un manchurrón itinerante en el cielo por el polarizador?
NO.
Cojo mi cámara, cambio el agarre, tiro la panorámica y tengo el mejor encuadre que podía conseguir en esa situación. Porque de eso se trata. De optimizar y de conseguir siempre lo mejor que se pueda. La fotografía es mi trabajo. No es un hobby en el que me pueda permitir hacer 3 horas de coche ida y 3 horas de coche vuelta para decir «Vaya, se me ha escapado la foto buena, pero qué bien me lo he pasado». No, señores. Si ustedes se lo pueden permitir, me alegro muchísimo. Respeten que yo no pueda hacerlo.
El RAW como seguro
Y en post de buscar esta seguridad de que me vuelvo a casa con toda la info, necesito tirar en RAW. Para mí la fotografía no es demostrar constantemente que sé clavar un balance de blancos en toma, ni de calibrar el tinte de manera milimétrica. Se trata de encontrar la mejor foto posible que me permitan las circunstancias. Poder delegar esos ajustes a una sesión en casa, mucho más tranquilo, que me permita afinar de la manera más adecuada (que puede no sea la académicamente correcta) mi fotografía es un lujo del que no me puedo permitir prescindir.
Entonces… ¿No es posible sacar una foto perfecta en toma? Pues yo diría que casi es imposible reproducir al mismo detalle, lo que puedes ajustar luego. Y no por falta de habilidad o por falta de talento, no. Los fotógrafos que hacen las fotos en cámara no son mancos ni peores que yo. Es que juegan con menos cartas y con menos tiempo.
En busca de la foto perfecta: Limitaciones físicas
¿Te has preguntado alguna vez por qué tus objetivos valen tanto? Pues buena parte de ese desembolso va a unos cristales de una calidad excelsa. Es muy posible que tus filtros no alcancen esa finura en la producción y que, por lo tanto, empeoren la calidad final de lo obtenido. Obviamente, estas pérdidas de calidad son pequeñas y probablemente, para la gran mayoría de la gente, ni siquiera sean apreciables… Pero estamos hablando de la foto PERFECTA. Si no pongo ningún cristal de menor calidad delante de mi lente, cuando llegue a casa tendré la máxima calidad posible.
Además de estas pequeñas aberraciones físicas de lente, es probable que podamos encontrar pequeñas (o no tan pequeñas) aberraciones cromáticas que pueden incorporar a la imagen efectos, colores o sombras indeseados a la imagen.
La colocación de los filtros también es una posible forma de estropear la foto. Calar un filtro degradado, en casi todas las situaciones, va a reducir la luz en objetos que no deberían verse afectados. Montañas que rompan el horizonte, barcos, árboles más altos… El filtro afecta por igual a todos los elementos que estén en la misma línea horizontal bidimensional. «Lamentablemente», el mundo es tridimensional y esto hace que un filtro degradado pueda incidir donde no queremos. Este problema se puede presentar de forma más o menos evidente o de forma más o menos crítica, pero lo que es indiscutible es que en la mayoría de ocasiones no va a quedar perfecto.
Sin embargo, en edición, sí que podemos corregir mediante máscaras esa incidencia indeseada en los objetos que no deberían recibirlo y obtener una imagen más realista.
Clavar el balance de blancos
Que la foto quede exactamente con el color que tú quieres en cámara es, también, improbable. Recuerdo que hablo de fotografía de paisaje en la que, generalmente, buscamos condiciones bonitas de luz. Atardeceres, amaneceres, horas azules… ¿Sabéis cuál es el denominador común de estas horas? Que la luz cambia. Y no solo cambia en intensidad, sino también en color. Ajustar exactamente el tono, incluso utilizando un folio para personalizar el balance al milímetro, no te asegura clavarlo… porque al minuto siguiente es probable que ya no sea el mismo. ¿Que es posible que una foto sacada a 5500K quede bien? Seguro. ¿Que posiblemente el perfecto sea 5200K? Pues seguramente. En cámara, en una pantalla de 4 pulgadas, ni tienes la información necesaria, ni físicamente tu ojo es capaz de ver esas leves mejoras en un dispositivo que no sabes el brillo que tiene en ese momento o si se está viendo afectado por un reflejo externo.
En casa, con un monitor calibrado, con unas condiciones de luz controlada, con un gran histograma que nos dé toda la información necesaria y con la posibilidad de consultar la luz por zonas, es muchísimo más fácil obtener el mejor de los resultados.
Rango cromático
Las cámaras de hoy en día permiten seleccionar un perfil de color e, incluso, tocar un poco las sombras, las altas luces. Hasta un poquito de curvas. ¿YA ESTÁIS EDITANDO? ¡ESO ES TODO PHOTOSH… Bueno, a ver. Calma. Aunque en cámara podamos EDITAR nuestra foto al gusto, no tiene la misma flexibilidad que la edición de un RAW final. Puede que el perfil de color que elijas funcione bien en las luces pero no tan bien en las sombras… O viceversa. Puede también recortar el rango cromático que tiene tu imagen en realidad porque el perfil que has elegido corta la curva de ese canal en concreto.
Una buena foto no es la mejor foto
Y puede que, aun con todos estos posibles problemas, te quede una buena foto, incluso una muy buena foto. El problema es que y, como profesional, no quiero una buena foto. Yo quiero la mejor foto posible. Y es probable que alcanzar ese nivel de perfección en cámara te lleve mucho tiempo. Y aquí es donde yo quería llegar.
Liberarme de la carga de montar y ajustar filtros, modificar sistemáticamente mi balance de blancos cada minuto, seleccionar el perfil de color y el tinte exacto para esa luz que me cambia por momentos, me permite ahorrar tiempo. Y ahorrar tiempo en situaciones de luz que duran muy poco, es una ventaja GIGANTE.
Cuando os digo que en mis salidas me exijo volver con la mejor foto posible os miento. Tengo que medir mis salidas en términos de rentabilidad y hacerme 6 horas de coche para volver con una foto es, muchas veces, insuficiente. No es que me tenga que volver con la mejor foto. Es que, probablemente, me tenga que volver con las 3 mejores, un timelapse y 6 clips de video. En 20 minutos.
Entenderéis ahora mis reticencias a usar «periféricos» que limiten o ralenticen mi movilidad y el ajuste rápido de mi cámara. No puedo permitirme cargar con 200 euros de filtros montados en mi cámara mientras corro 5 metros para sacar una vertical. No puedo gastar 5 de los 10 minutos de luz calando el filtro degradado. No puedo, en definitiva, invertir mi precioso tiempo de luz bonita en ajustes que puedo delegar a un tiempo en el que no haya prisa. En definitiva, se traza de optimizar el trabajo capturando todas las imágenes que puedas en esos pocos minutos y ajustarlas cuando tengas más tiempo.
Eso te permite llegar a casa con mucho más material y te permite, en definitiva, poder vivir de la fotografía.
Pero entonces… ¿No merece la pena usar filtros?
– PERO CLARO QUE MERECE LA PENA USAR FILTROS. ¿CÓMO PUEDES PENSAR LO CONTRARIO?
– Oiga, pero es que lleva poniendo a parir a los filtros todo el artículo.
– PAPARRUCHAS.
Los filtros son recomendables e incluso imprescindibles… En determinadas circunstancias. Yo utilizo filtros de densidad neutra cuando necesito crear sedas en condiciones con mucha luz. ¿Qué es lo que ocurre? Que yo, personalmente, saco fotos en condiciones de baja luz y, generalmente, puedo conseguir ese efecto simplemente cerrando el diafragma. Eso, unido a que no soy muy fan de las sedas, hace que mi uso de filtros ND se reduzca a 5 o 6 días al año. ¡Pero claro que los uso!
Además, los filtros polarizadores nos permiten intensificar de manera armónica fotografías de bosque, eliminando molestos reflejos. Si no sacas fotos panorámicas puedes probar a ver si te gusta el efecto. Personalmente, a mí no me compensa, pero es una elección enteramente personal.
Edites o no edites, uses filtros o no, lo importante es el resultado.
Hay muchísimas clases de fotografía y, por ende, hay un montón de tipos de fotógrafos. Cada uno diferente, cada uno con sus circunstancias. Aprender a valorar lo que hacen los demás es parte de la vida y también de la fotografía. No es necesario que hagamos todos todo igual ¡Qué aburrido! Tampoco es necesario que intentes denigrar lo de los demás para hacer ver que lo bueno, lo de verdad, es lo tuyo. Es que eso ya no es de mal fotógrafo, es de mala persona.