— BILBAO 2025 —
Siempre hacia adelante.
Aunque cueste, hay que ver las mudanzas como una oportunidad para ser valiente y aprender y crecer por el camino.
Siempre es un coñazo mudarse. Abandonar el confort de lo que has llegado a llamar hogar para irse a otro lado, por muchas mejoras que prometa, da muchísima pena. Te acuerdas de todos los muy buenos momentos que viviste allí, las reformas que hiciste para sentirte más a gusto, todos los vecinos con los que compartiste tantos años…
Pero bueno… Es lo que hay. La zona de confort está muy bien, pero hay que crecer, madurar y poner en la balanza lo que es realmente importante para ti. Y no estoy hablando de garajes o trasteros… Estoy hablando de dignidad.
Twitter ha sido durante más de una década “mi sitio”. Una red social que me encajaba como un guante y donde no solo podía mostrar mi trabajo, sino que también podía enseñaros, de una manera más personal, lo que había detrás de las fotos. Siempre priorizando crear comunidad antes que crecer en números, siempre manteniendo un espacio seguro, lejos de ataques fascistas, me sentía muy orgulloso de tener cerca de 30.000 seguidores allí. Había cosas mal gestionadas, claro. Había que mejorar muchas cosas, pero podía llamarla con orgullo “mi cuenta”… Pero me temo que ya no es así.
No os voy a descubrir ahora al causante de la debacle, pero solo os diré que, a pesar de ser un trabajo, antes llevaba mi cuenta con muchísima ilusión. Me encantaba ver la reacción a mis fotos, la interacción con la gente… Ahora, a pesar de tener más de 27.000 seguidores, mis tuits a penas se muestran a 1.000 personas. Los tuits de las fotos, claro. Los tuits más ácidos, producto de la desesperación que provoca la pocilga donde vivimos, tiene un recorrido enorme.
Y me niego.
Me niego a ceder al chantaje de tener que escribir tuits polémicos para tener visibilidad. Lo siento. Me flipa alegrarle el día a la gente, ya sea haciendo fotos, el idiota o con algo bonito. Paso de poneros de mala hostia para que mi empresa sea visible. Ahora toca empezar “de cero” en otro lado. Bluesky no es que me apasione ahora mismo, pero tampoco lo hacía Twitter en su momento. Twitter me encandiló porque estabais vosotros y espero que pronto vosotros también estéis allí para hacerlo mucho mejor. La mudanza no será radical porque no es mi estilo tampoco. Se hará (se está haciendo) de forma progresiva. A pasitos… pero siempre en la misma dirección.
Espero no perderos por el camino.
Nos vemos.
Un abrazo.
¿alguién más se viene?
¿Me lo cuentas en comentarios, por favor?
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