— BILBAO 2024 —

Una hora para solo disfrutar.

A veces a los profesionales se nos olvida un poco lo jodidamente relajante que puede llegar a ser la fotografía. Está muy bien recordarlo de vez en cuando.


Y es que hay días o épocas en las que todo es una mierda y la motivación para salir ahí fuera es casi nula, pero, desde hace un tiempo, he cogido por costumbre salir a pasear por Bilbao mientras llueve con una cámara en la mano. No por trabajo ni por ningún tipo de proyecto que me haya autoimpuesto, sino simplemente por recordarme a mí mismo lo chulo que es salir con una cámara a disfrutar sin ningún tipo de presión. Y a fe que lo disfruto. 

Como soy un cuadriculado hasta niveles absurdos, me voy planteando algunos retos por el camino. Por ejemplo, me obligo a tomar un número equilibrado de fotos horizontales y verticales. También voy intentando que las fotos tengan algún tipo de conexión temática o, como en este caso, de color. Fui buscando tonos rojos y amarillos no por ser fanérrimo de nuestra bandera sino porque las dos primeras fotos fueron de estos colores y me pareció divertido tirar por ahí.


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EDICIÓN AL MÍNIMO

La ventaja de utilizar un sistema como Fuji es que las simulaciones de películas me permiten tener unas fotos prácticamente hechas de cámara, así que otra de las ideas es esa… Reducir la edición al mínimo: Subir un poco los blancos o algún pequeño recorte, pero poco más. Eso me obliga a estar muy pendiente del encuadre, de las esquinas, de capturar el momento justo… De estar 100% en la cámara, vaya.


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EFECTIVIDAD

Otro pequeño reto que me pongo es ser efectivo y cuidadoso en la salida. No quiero volverme a casa con 200 fotos o 50 en una sola ráfaga. No. Me obligo a pensar si vale la pena o no antes, lo que me ayuda a mejorar mi previsualización. No significa que solo tire una foto. Puede que, al revisar, vea que algo esté mal o que el sujeto no ha quedado como yo quería, pero, para que os hagáis una idea, hice 43 fotos y me salieron 39 válidas. 

Pasear por mi ciudad, sin tiempo ni obligaciones, ayuda muchísimo a pulir y mejorar ciertos aspectos de tu fotografía que, muchas veces, en el día a día, no nos podemos permitir cuidar. Espero que estas pequeñas ideas te sirvan de inspiración para salir ahí fuera y disfrutar con la cámara. Y para los que os preocupáis por el equipo… Fijaos con qué están hechas estas fotografías.

¿Y si hago un paseo de estos con algunos alumnos? ¿Te vendrías?

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