— BILBAO 2024 —
Día 8: La valoración de las tripas
Antes de volver del viaje, hago una valoración de esas fotos que insitu me han parecido más interesantes..
Esto se acaba señores y señoras. Ha sido increíble, precioso, cansadísimo, una gozada, caro de cojones, irrepetible y, por desgracia, finito. Ahora solo nos queda la parte agridulce del viaje. Dejar toda esta maravilla atrás, pero vislumbrar bien cerquita a los nuestros esperando para recuperar nuestra, por suerte, también feliz rutina.
Llegaremos para cogernos con pinzas, eso sí, porque afrontamos casi 6 horas de coche desde Hofn, donde hemos pasado esta última etapa del viaje, hasta el aeropuerto de Keflavik. Desde ahí, 4 horas de avión a Madrid y otras 4 de coche hasta Bilbao. Casi nah pal body, pero recuerda que las fotos es solo hacer un click.
Hoy hay tiempo de sobra para ir haciendo balance del viaje. Siempre aprovecho el día de vuelta para ordenar localizaciones, valorar qué he hecho bien y qué ha fallado. Lo dejo por escrito para repasarlo cuando, ya en casa, valore con las fotografías y videos que me traiga del viaje si las consideraciones son correctas o hay que modificar algo.
¿Por qué es importante hacer esto?
Hacer una valoración en caliente te da una visión mucho más primaria, de sentimiento, mientras que en casa puedes desapegarte un poco de las imágenes y ser más analítico. Puedes tener la sensación de que tienes una grandísima foto en un spot y luego darte cuenta de que quizás no lo es tanto. Para mí, esas diferencias son las que me interesan porque “las tripas” no suelen mentir. Si tú crees que tienes una buena foto y no la sientes así en casa debes analizar en casa por qué. Y entender ese por qué te hará crecer.
Te pongo un ejemplo: En mi anterior viaje a Noruega me propuse encontrar más encuadres verticales. Me di cuenta de que en algunas fotos que yo pensaba que estaban perfectas, me faltaba aire por arriba. Y era un error recurrente. Error detectado, anotado y a tener en cuenta a futuro. ¿Lo habré solucionado? 😉
Así es como se crece. Buscándote las cosquillas a ti mismo y exigiéndote siempre lo mejor. Aun nos quedan 4 horas hasta Keflavik.
Rezad por mi espalda.
Esto se acaba.